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sábado, mayo 09, 2015

El reconocimiento de Poseidón





Cuenta un abuelo a sus nietos que, cuando hizo la mili, conoció a un compañero gallego que le contó una antigua leyenda que a su vez había escuchado a un viejo marinero de la aldea.
Esto les relata:
Hace mucho tiempo, en un océano que por aquel entonces aún no tenía nombre, vivía una ostra muy querida por el resto de la fauna marina. Descendía de una familia de ostras que había gobernado con justicia e inteligencia desde hacía varias generaciones los fondos marinos. Era la menor de dos hermanas. Su vida pasó por mejores y peores momentos, pero siempre mostraba una luminosa sonrisa.
Un día una fuerte marea arrastró sin piedad corales y peces. Los alocados remolinos succionaban y escupían con fiereza todo lo que encontraban a su paso. Nuestra ostra contempló con terror como un golpe de mar abrió la concha de su hermana que salió despedida y comenzó a dar volteretas sin control. A duras penas consiguió llegar hasta ella. Al recoger e introducir el cuerpo aturdido en su propia concha, entendió que no cabían las dos en el interior. Tras unos instantes de pánico abandonó su casa quedando a merced de la marea que no mostró piedad. Pasaron las semanas y luego los meses y después los años, hasta que unos pescadores, al recoger las redes, vieron una ostra con el tridente de Poseidón grabado en la concha. Al abrirla descubrieron, junto a los restos carnosos, una preciosa perla blanca, luminosa como una sonrisa. La primera perla.



2 comentarios:

Enrique TF dijo...

Luminoso relato, mimarzgz ... gracias.

mimarzgz dijo...

gracias, Enrique