Hace un año, decidí cambiar de coche. Tras recorrer varios concesionarios, me gustó un modelo del que me satisfacía casi
todo. Le exigí al vendedor, antes de firmar el pedido, que me describiera
el equipo de audio que llevaba incluido, debido a la importancia que tiene la
música en mi vida. Se deshizo en elogios, sugirió comparaciones y profundizó en
detalles técnicos que abarcaron la radio, el CD y los altavoces. Como buen
vendedor, dedicó tiempo a la explicación de lo que iba a ser mi gancho de compra
y que yo le había puesto en bandeja. Le manifesté que mi natural aversión al riesgo unida a mi melomanía, convertía en
necesaria una manipulación del audio segura.
Sonrió ufano al indicar que, precisamente, este modelo llevaba los
mandos del Radio CD incorporados al volante. Le interrogué sobre si no había
alguna tecnología más avanzada aún que anulara el más mínimo riesgo de
distracción; a lo que respondió tajante que no.
Pues bien, ¿A qué viene todo esto?
Viene a que esta mañana que he cogido el coche para hacer
varios recados por la ciudad, he constatado que el vendedor me engañó. Sí, así es. Me engañó al asegurarme que mi vehículo
llevaba incorporada la última tecnología para manipular el equipo de audio. He podido observar que en varios vehículos - algunos incluso de más de diez
años de antigüedad-, los conductores llevan incorporados los mandos dentro de
sus narices. El conductor de un Opel
Corsa blanco parecía pestañear para cambiar de menú mientras manipulaba el dial
instalado en el orificio derecho de su nariz. En una furgoneta de reparto
detenida en un semáforo, el afortunado conductor disfrutaba de todas las emisoras que
iba sintonizando con su delicado dedo meñique. También he visto como, al conductor de un Mercedes CLK, le interrumpía la sintonización su esposa con un manotazo, por lo que he deducido que no le apetecía escuchar música en esos momentos.
El martes me acercaré al concesionario para preguntarles
cuanto me costaría incorporar esa tecnología en mi nariz, siempre que no
obligue a un postoperatorio prolongado.
1 comentario:
Ya me dirás si es muy caro ese tipo de tecnología. Un saludo.
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