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Pasaron en París dos semanas.
Durante tres días, Oscar estuvo locamente enamorado de Harriot y
Harriot lo estuvo de él. Cuando ella se despertaba, encendía la luz
y lo observaba mientras dormía a su lado. El sueño le volvía hermoso
e inocente; sobre su tosquedad tendía un velo fino y suave; ablandaba
su boca; ocultaba sus ojos del todo.
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May Sinclair- Donde su fuego nunca se acaba.
2 comentarios:
Lo peor del enamoramiento es que luego miras atrás y ves que todo ha cambiado, que nada es lo mismo ni lo será nunca, y al menos yo, lo añoro.
Sí. Aunque al principio pienses que es para siempre. Pero, de alguna forma, el momento en el que lo pensaste sí fue para siempre.
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