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martes, mayo 10, 2011

EL JUEGO DE LA OCA



Todos hemos jugado en innumerables ocasiones de niños. Es muy sencillo. Basta con un dado,
una ficha por cada participante y tiempo por delante. Es de los pocos juegos de mesa en los
que dependes al cien por cien de la suerte.
Pero si lo traigo aquí es por otro motivo; por las interpretaciones que podemos encontrar
cada uno de los jugadores a la esencia misma del juego y a alguna de sus casillas.
No se nos escapará que se trata de un camino. La vida. La Oca nos habla, en mi opinión,
de la importancia que tiene la suerte en el penoso camino de la vida. Caer en las casillas
gobernadas por las ocas nos ahorrará las penalidades que surgen en su transcurso. Nos habla
de atajos como el puente que nos lleva a la otra orilla. Hay posadas (gula, lujuria, pereza) que
nos pueden demorar. Accidentes como caer en un pozo o acabar en la cárcel si no actuamos
con la necesaria prudencia. Pero desde siempre me ha sobrecogido la casilla 58, la muerte.
Cuando ya olisqueas el aroma del paraiso (última casilla), aún puedes morir. La lección vuelve
a ser clara. Estamos en manos del destino. Irónicamente la casilla siguiente es la oca que nos
lleva directamente a la victoria.

Pero ayer jugando una inocente partida con mi hijo, caí en lo siguiente:
Me di cuenta de que tras caer en la dichosa casilla 58, no acabó todo. Volví a empezar. Volví,
en fin, a nacer. ¿ Reencarnación ?

3 comentarios:

marikosan dijo...

Reencarnación siempre, cuando uno muere, no se puede perder su esencia en el vacío. Ha de tomar otro cuerpo y luchar por la subsistencia.

Gracias por los ánimos, por todo.

Un beso.

Ultrasounica dijo...

Siempre ha sido una idea que me ha atraído... creo que no la descarto, aunque sepa que se trata de una bonita utopía.

mimarzgz dijo...

Quizá la reencarnación sea la "solución" más humana al "problema" de la muerte.