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miércoles, enero 05, 2011

EL REGALO DE REYES DE M.






M. era un niño de once años que tenía dos terceras partes de su cerebro en las nubes. Es fácil entender que su expediente académico se resentía ante esta situación. Gracias a un paje del rey Melchor, que le debía un favor, se enteró el cuatro de enero de que no iba a recibir sus regalos esas navidades. M. se entristeció por la noticia, pero decidió utilizar
la tercera parte del cerebro que le unía a la realidad, para buscar una solución a tan humillante destino.
Se vistió, rompió la hucha y bajó a una librería de la calle Canfranc. Revisó las estanterías y extrajo un volumen titulado "Enciclopedia Braun aprovecha
cada día", lo pagó, regresó a su casa y lo envolvió. Esa noche permaneció despierto mientras oía los movimientos de los reyes recorrer el pasillo, colocar los regalos, y escribir las notas. Cuando el silencio
abrazó la oscuridad, se levantó, acudió al salón y depositó su libro junto a una nota con su nombre.
A la mañana siguiente, acompañado por sus hermanos y su padres, invadió la habitación de las ilusiones y, con una amarga sonrisa, recogió su regalo bajo la desconcertada mirada de su padre.

4 comentarios:

Pepe Deapié dijo...

Como microrrelato está muy bien. Si fuiste tú, con once años eras bastante puñetero. XD.

el grito en el cielo dijo...

Sí, y guardo la "prueba del delito". jaja.

neko dijo...

Desde luego la cara de tus padres debió ser un poema... jajaja

Pitt Tristán dijo...

El relato es magnífico. Es la teoría del cuento hecha cuento.
Enhorabuena.
Puñetero, dice Pepe, yo lo veo al contrario, eras la víctima, eso sí una víctima muy inteligente.
Un abrazo.