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domingo, diciembre 21, 2008

FRANCISCO DE QUEVEDO:VARIOS LINAJES DE CALVAS




"Madres, las que tenéis hijas,
así Dios os dé ventura,
que no se las deis a calvos,
sino a gente de pelusa.


Escarmentad en mí todas,
que me casaron a zurdas
con un capón de cabeza,
derbarbado hasta la nuca.

Antes que calvi-casadas
es mejor verlas difuntas,
que un lampiño de mollera
es una vejiga lucia.

Pues ¿qué si cincha la calva
con las melenas que anuda?
Descubrirá con el viento
de trecho a treño pechugas.

Hay calvos sacerdotales,
y de estas calvas hay muchas,
que en figura de coronas
vuelven los maridos curas.

Calvas gerónimas hay,
como las sillas de rúa;
cerco delgado y redondo;
lo demás, plaza y tonsura.

Hay calvas asentaderas,
y habían los que las usan
de traerlas con gregüescos,
por tapar cosa tan sucia.

Calvillas hay vergonzantes
como descalabraduras;
pero yo llamo calvarios
a las montosas y agudas.

Hay calva-truenos también,
donde está la baraúnda
de nudos y lazadas,
de trenzas y de cosuras.

Hay calvas de mapamundi,
que con mil líneas se cruzan,
con zonas y paralelos
de carreteras que las surcan.

Hay aprendices de calvos,
que el cabello se rebujan,
y por tapar el melón,
representan una furia.

Yo he visto una calva rasa,
que dándola el sol relumbra,
calavera de espejuelo,
vidriado de las tumbas.

Marido de pie de cruz,
con una muchacha rubia,
¿qué engendrará si se casa,
sino un racimo de Judas?"

En esto, huyendo de un calvo,
entró una moza de Asturias,
de las que dicen que olvidan
los cogotes en la cuna;
y a voces desesperadas,
maldiciendo su ventura,
dijo de aquesta manera,
cariharta y cejijunta.

"Calvos van los hombres, madre,
calvos van;
mas ellos cabellarán.

Cabéllense enhorabuena,
pues como del brazo ha sido
siempre la manga el vestido,
hoy del casco, aunque sea ajena,
es bien lo sea la melena,
y que ande también galán.

Calvos van los hombres, madre,
calvos van;
mas ellos cabellarán.

¿Quién hay que pueda creello,
que hay por naturaleza
heréticos de cabeza,
calvinistas de cabello?
Los que se atreven a sello,
¿a qué no se atreverán?

Calvos van los hombres, madre,
calvos van;
mas ellos cabellarán.

Cuanod hubo españoles finos,
menos dulcen y más crudos,
eran los hombres lanudos,
ya son como perros chinos,
Zamarro fue Montesinos,
El Cid, Bernardo y Roldán.

Calvos van los hombres, madre,
calvos van;
mas ellos cabellarán.

Si a los hombres los queremos,
para pelarlos acá,
y pelados vienen ya,
si no hay que pelar, ¿qué haremos?
antes morir que encalvemos;
alerta, hijas de Adan.

Calvos van los hombres , madre,
calvos van;
mas ellos cabellarán."

1 comentario:

Anónimo dijo...

Grandísima poesía de Francisco de Quevedo y Villegas.ya no ay poetas como el.por desgracia.....Genial.